1. Debe resultarte cómodo. Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir un vestido de novia, es que vamos a estar todo el día con él y por lo tanto no debe resultarnos incómodo. Son muchas horas y muchos momentos diferentes; ceremonia, banquete, baile... y puede ser junto con los zapatos, lo que te arruine el día. Hoy en día no deberíamos tener problema en encontrar un vestido y unos zapatos perfectamente cómodos, a si que ánimo.
2. Tiene que reflejar tu estilo. No se trata de ir disfrazada a tu propia boda. Si nunca te has puesto un determinado escote porque no te favorece, porque tienes poco o mucho pecho, no lo hagas tampoco ese día. Yo recomendaría no arriesgar demasiado porque todos lo notarán, estarás incómoda y te asaltarán las dudas.
3. Tienes que verte favorecida tú. Normalmente nos hace mucha ilusión que nos acompañe alguien de nuestra confianza a elegir el vestido. Podemos contar con su opinión porque será fundamental para darnos seguridad, pero nunca, dejar que elijan por nosotras. Nosotras sabemos que es lo que nos favorece y que es lo que no.
4. No te encasilles en un tipo de vestido. A veces sin entrar a la tienda ya nos estamos cerrando puertas nosotras mismas; descartamos ya vestidos con un determinado escote o corte sin probárnoslo porque creemos que no nos favorecerá. Ese es un gran error que comete mucha gente. ¿Cuántas veces nos ha gustado un determinado vestido o una falda solo con verlo y al llegar al probador nos hemos decepcionado? ¿y otras veces algo que a simple vista no llama nuestra atención, nos sienta genial y nos sorprendemos? Pues esto es lo mismo, hay que probarse un estilo diferente por vestido e ir descartando conforme nos vayamos probando.
Podemos ir con una idea determinada mas o menos de lo que queremos, pero no podemos descartar nada sin probarnos.
Otra cosa que os quería comentar es que normalmente nos suben a una pequeña plataforma o a un banquito para que nos veamos más estilizadas cuando nos probamos el vestido. Algo que hay que tener en cuenta cuando uno nos guste uno: tenemos que bajarnos de la plataforma y ver cómo nos quedaría en la realidad, que es lo que nos interesa.
En definitiva, debes elegir un vestido que resalte los aspectos positivos que hay en ti y oculten en la medida de lo posible, tus defectos. Que no pese demasiado ni sea incómodo para todo el día, que sea fiel a tu estilo y que tu te sientas simplemente perfecta con él. Suerte con la búsqueda.
